Numerosas esculturas adornan las calles de Palma.
Proponemos un recorrido visitando algunas de ellas, son contemporáneas y góticas, con gran interés artístico o, simplemente, símbolos en esta hermosa ciudad.
Descansa ahí una iglesia invertida del artista americano Dennis Oppenheim: “Device to Root Out Evil”. Esta obra es idéntica a la que se encuentra en el Denver Art Museum, variando únicamente los materiales utilizados.
Bajamos por el parque de Sa Feixina, en dirección al mar, y giramos a la izquierda para cruzar el puente de la Riera.
Siguiendo el paseo Sagrera llegaremos al bellísimo edificio gótico de la Lonja de Palma. En su portal, un Ángel Custodio (siglo XV) sostiene una cartela con la leyenda “Defenedor de la Mercaderia”. Esta escultura es atribuida a Guillem Sagrera, arquitecto del edificio.
Un poco más adelante, en la esquina de la avenida Antonio Maura, una enorme estatua de Ramón Llull rinde homenaje al sobresaliente filósofo mallorquín.
La inscripción del pedestal está en catalán, árabe y latín como corresponde a un impulsor del estudio de las lenguas. Esta obra data de 1967 y es un trabajo del escultor Horacio de Eguía.
Siguiendo hacia el Borne, nos detenemos en la calle Palau Reial donde podemos contemplar la escultura en bronce “Monumento” a la mujer (1972) de Joan Miró, quien eligió su ubicación en este lugar hoy tan concurrido por turistas, que hacen de ella foco preferido en sus fotografías.
Los extremos del boulevard del Borne están custodiados por cuatro esfinges. Realizadas por el escultor Jacint Mateu en piedra de Santanyí en 1833, sus voluminosos pechos fueron rebajados en 1895.
Al final de las Ramblas, frente a la escalinata que sube a la Plaza Mayor, Eduardo Chillida quiso que se situara su magnífica escultura “Lugar de Encuentro V” (1975), ejecutada en hormigón color arena. Fue adquirida por la Banca March en 1976, quien la donó al Ayuntamiento de Palma en 1988.
Aquí concluye esta propuesta para visitar las esculturas de la ciudad, pero es posible contemplar muchas otras.