Es Caló des Moro: Hasta hace algunos años, el nombre de esta cala, situada en Santanyí, era solo conocido por lugareños y mallorquines amantes de la belleza de la isla.

Era fácil pasar un domingo de verano tumbado al sol en la blanca y fina arena que la cubre, sentarse en las rocas, o dejarse refrescar por las aguas cristalinas que la bañan.

Fue el lugar elegido por amigos, parejas y familias para pasar un buen rato, o por amantes de la soledad que deseaban relajarse y desconectar.

Es Caló des Moro

También se acercaba hasta allí algún que otro turista buscando lugares escondidos de Mallorca, y quedaba maravillado al ver la belleza que ésta le ofrecía.

Un trocito del Mar Mediterráneo que se cuela en la costa, rodeado de altas paredes rocosas y pinos. El acceso a esta maravilla de la naturaleza puede ser en barco o a pie, después de caminar por un sendero que lleva hasta la parte alta de la cala, y descender hasta estar al nivel del mar.

Estos últimos años, sin embargo, la situación es distinta:

Miles de turistas, atraídos por la singularidad del lugar, quieren disfrutar de Es Caló des Moro y están dispuestos a caminar más de veinte minutos y esperar largas colas de más de dos horas al sol para poder darse un baño o, simplemente, inmortalizar el momento con una foto para subirla a sus redes sociales.

Los vecinos de la zona y los amigos, parejas, familias o solitarios que desean deleitarse con esta cala, tienen que regresar a sus casas sin haber podido pisar la arena por el colapso creado.

Un vigilante de seguridad alerta a los visitantes de que la espera es larga, pero la mayoría eligen quedarse pacientemente.
¿Cuáles son los problemas y las ventajas de esta situación?

Algunos de estos visitantes no respetan el medio; fuman, arrojan desperdicios al suelo, no cuidan la naturaleza… y digo algunos porque por fortuna, la mayoría sí es consciente del lugar donde están.

Pero por otro lado, y tras la grave crisis económica que aún estamos pasando por la pandemia, la llegada de turistas supone un impulso importante para empezar a recuperarnos, para poder salir de esta situación e intentar salvar la temporada de verano.

Sea como sea, Es Caló des Moro, o La Cala del Moro en castellano, nos seguirá extasiando con su belleza siempre que cuidemos de ella.

Verónica Martí.