Antoni Pinya y Sebastià Cruellas han sido galardonados con las Medallas de Oro de la IGP Sobrassada de Mallorca en reconocimiento a su destacada trayectoria en la promoción y difusión de este emblemático producto mallorquín.
El Consejo Regulador de la IGP Sobrassada de Mallorca ha querido destacar la labor de estos dos apasionados del mundo de la gastronomía, quienes han dedicado gran parte de sus carreras a ensalzar las cualidades y la versatilidad de la sobrassada.
Antoni Pinya, reconocido cocinero y divulgador gastronómico ha sido un incansable promotor de la sobrasada mallorquina a nivel nacional e internacional.
Su amplia obra literaria, que incluye varios libros de recetas dedicados a este producto, ha contribuido a popularizar su consumo y a enriquecer la cocina mediterránea.
Además, su inventiva ha dado lugar a herramientas como la “ganiveta Sobrassadera”, diseñada específicamente para disfrutar de este embutido.
Por su parte, Sebastià Cruellas, empresario y experto en embutidos ha sido un referente en el sector cárnico mallorquín.
Su compromiso con la IGP Sobrassada de Mallorca se ha manifestado a través de su participación activa en el Consejo Regulador y su defensa de las tradiciones y la calidad del producto.
Cruellas ha sido pionero en la investigación de las características organolépticas de la sobrasada de cerdo negro y ha contribuido a la elaboración de las primeras fichas de cata.
Con estos reconocimientos, el Consejo Regulador de la IGP Sobrassada de Mallorca reafirma su compromiso con la preservación y promoción de este producto de excelencia, y rinde homenaje a aquellos que han contribuido a su prestigio.
La sobrasada de Mallorca, un emblema de la gastronomía mallorquina, cuenta con una historia que se remonta siglos atrás.
Sus orígenes se pierden en el tiempo, pero existen registros que la vinculan con antiguas técnicas de conservación de la carne, comunes en diversas culturas.
El nombre «sobrasada» tiene raíces italianas, apareciendo por primera vez en documentos sicilianos del siglo XIV.
Sin embargo, el producto al que se referían distaba mucho de la sobrasada que conocemos hoy.
Fue con la llegada del pimentón desde América que este embutido adquirió su característico color rojo intenso y sabor inconfundible.
En Mallorca, las primeras referencias escritas a la sobrasada datan del siglo XVII, época en la que ya era un alimento muy apreciado y utilizado en diversas celebraciones.
A lo largo de los siglos, la sobrasada se convirtió en un pilar fundamental de la dieta mallorquina, pasando de ser simplemente un método de conservación a un manjar exquisito.
Con el paso del tiempo, la elaboración de la sobrasada se fue modernizando, incorporando nuevas técnicas y equipos para garantizar la calidad del producto sin perder su esencia tradicional.
A finales del siglo XX, la sobrassada de Mallorca obtuvo el reconocimiento oficial como Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que garantiza su origen y calidad, así como la protección de su nombre en toda la Unión Europea.
Hoy en día, la sobrasada de Mallorca se elabora en dos variedades: la sobrasada de Mallorca, elaborada con carnes de cerdo, y la sobrasada de Mallorca de cerdo negro, un producto de mayor calidad y sabor más intenso, elaborado exclusivamente con carne de cerdo negro mallorquín.
La sobrasada de Mallorca es mucho más que un simple embutido; es un símbolo de la cultura y la tradición de las Islas Baleares, un producto que ha sabido evolucionar con el tiempo sin perder su identidad.