Los altos muros del convento de Santa María Magdalena marcan el inicio de las Ramblas. Detrás de ellos, rezan y trabajan monjas canonesas regulares lateranenses, separadas del mundo por vocación.

Cruzando el paseo de las flores, se encuentran las carmelitas descalzas, que llegaron a Palma en 1617.

A pocos metros, entre las vías más estrechas del casco antiguo, hay dos conventos de clausura más.

En la calle de Les Caputxines está el monasterio de la Purísima Concepción, mientras que las monjas agustinas siguen su vida de recogimiento en el formidable casal de los Zaforteza, en la calle Concepción. Así que, esta pequeñísima zona de Palma concentra cuatro congregaciones de expertas en confinamiento y vida de clausura.

Al otro extremo del casco antiguo, en el barrio de La Calatrava, viven las monjas de clausura más populares de la ciudad, si la popularidad interesase a quien elige separarse del mundo.

Las novias acuden a las clarisas franciscanas para que los rezos de las moradoras de Santa Clara propicien el buen tiempo el día de su boda.

Vida de clausura y meditación en Palma. Convent de Santa Magdalena, Palma, Mallorca.
Convent de Santa Magdalena, Palma.

Cerca de este monasterio, en la calle de la Porta del Mar, estaban las hermanas Jerónimas, pero en los últimos años las tres religiosas que habitaban el convento de Santa Isabel fueron trasladadas a Inca.

Ya alejado del centro (Sant Francesc de Sales, 128) se encuentra la Visitación de Santa María, de monjas salesas.

Diferentes normas rigen la vida de los monasterios y conventos de clausura, imponiendo mayores o menores niveles de austeridad.

Queda claro el poder de la madre superiora, quien decide sobre la oportunidad de las entradas y salidas, promoviendo el silencio que impera entre sus muros.

La mayoría de edificios cuentan con pequeñas hospederías reservadas a familiares y religiosos de paso. Estas órdenes de clausura dan nombres a las calles de Palma.

Los imponentes y austeros muros, las verjas y celosías de sus conventos proveen una fisionomía medieval al casco antiguo de la ciudad.

Viendo el ambiente animado y cosmopolita del centro de Palma poco sospechamos la existencia de unas mujeres expertas en confinamiento, que pasan su vida en contemplación y sosiego.

Vida de clausura y meditación en Palma. Carrer de la Concepció, Palma, Mallorca.
Convent de La Puríssima Concepció, Palma.