Los aceites de oliva virgen extra Solivellas y Oli s’Illa, ambos con Denominación de Origen Oli de Mallorca, ofrecen al paladar un producto equilibrado que conserva íntegros toda su intensidad y sabor.
La familia Solivellas los cosecha y elabora en la finca Es Guinyent, un enclave privilegiado situado en el puerto de Alcúdia, al norte de Mallorca, muy cerca del mar y de la Serra de Tramuntana.
Sobre un terreno de tierra roja caliza muy ventilado por la fresca brisa del mar, se cosechan aceitunas de las variedades arbequina y picual en el caso del aceite Solivellas, y hojiblanca y picuda en el caso de Oli s’Illa. El proceso se basa en la producción limitada y la recogida temprana de la oliva, en la primera quincena de noviembre, lo que permite disfrutar de un aceite de mayor intensidad.
La recogida del fruto se realiza mediante el peinado de racimos, un trabajo laborioso que reduce el daño al fruto y a los nuevos brotes. El aceite se elabora a las pocas horas de haber recogido la oliva, con centrifugado en frío y sin filtrado posterior para no restar propiedades organolépticas.
El aceite se envasa al vacío en botellas de cristal oscuro para preservarlo de la luz y se presenta en dos formatos: 500 y 250 mililitros. Según explica Sebastià Solivellas, cada temporada se producen alrededor de 50.000 botellas de aceite Solivellas y Oli s’Illa. El 80 por ciento se consume en España, principalmente en Baleares. Un 20 por ciento se exporta, sobre todo a países centroeuropeos y recientemente también a países escandinavos y Canadá.
Los requisitos que exige la Denominación de Origen Oli de Mallorca aseguran que el aceite haya sido producido y elaborado en Mallorca, una isla cuyas particularidades físicas y geográficas dan como resultado un producto de una alta calidad. Y una marca que contribuye a la difusión de Mallorca como destino turístico, un aspecto al que la familia Solivellas concede especial importancia. “La Denominación de origen cumple nuestras exigencias de calidad y nos permite añadir la palabra ‘Mallorca’ a nuestro aceite. Cuando lo presentamos en ferias internacionales los clientes ven la etiqueta y se identifican con nosotros porque muchos de ellos han estado aquí de vacaciones”, explica Solivellas.
La familia trabaja también con muchos hoteles de la isla, donde organiza workshops y catas que hallan gran aceptación entre los turistas. Según Sebastià Solivellas, los empresarios turísticos están cada vez más concienciados sobre la importancia de ofrecer productos mallorquines de calidad que les permitan diferenciarse de la competencia. En su opinión, la gastronomía es una herramienta fundamental a la hora de captar visitantes en invierno, factor que en el caso del aceite se ve potenciado por las rutas oleoturísticas puestas en marcha por el Consell de Mallorca.