Mallorca no es ajena a la alarmante desaparición de abejas, mariposas y otros polinizadores clave. ¿Qué está ocurriendo y por qué debería preocuparnos?
La desaparición de los polinizadores: una amenaza silenciosa para la biodiversidad y nuestra salud
Insectos como las abejas, mariposas, escarabajos, e incluso vertebrados como los murciélagos y colibríes, están desapareciendo a un ritmo alarmante, poniendo en riesgo no solo la biodiversidad planetaria, sino también nuestra alimentación y salud. Así lo advierte Anna Traveset, investigadora del CSIC, en su reciente libro «La crisis de los polinizadores», publicado en la colección ¿Qué sabemos de? (CSIC-Catarata).
Polinizadores: arquitectos invisibles de la vida
Aunque a menudo pasan desapercibidos, los polinizadores son fundamentales para el funcionamiento de los ecosistemas.
Cerca del 90% de las plantas con flores dependen de ellos para reproducirse, y alrededor del 75% de los cultivos agrícolas más importantes del mundo requieren de su actividad para ofrecer frutos.
En otras palabras, sin polinizadores, nuestra dieta cambiaría radicalmente: alimentos como el café, el cacao, las manzanas, las cerezas, el aguacate o las almendras podrían escasear o desaparecer, y la calidad nutricional de muchos productos se vería comprometida.
“Son esenciales no solo para la producción de alimentos, sino para la estabilidad de los ecosistemas, actuando como conectores ecológicos entre especies”
explica Traveset, quien también señala su importancia económica: en España, el valor anual estimado de la polinización por insectos asciende a 2.400 millones de euros anuales.
Más allá de las abejas
Cuando se habla de polinizadores, es fácil pensar solo en la abeja de la miel. Sin embargo, Traveset detalla la enorme diversidad de especies que participan en esta tarea vital.
Existen al menos 193 familias de insectos polinizadores, incluyendo mariposas, polillas, escarabajos, avispas e incluso hormigas.
Laura Gómez
Cristina Robles Salcedo
También hay vertebrados polinizadores, como los colibríes y varios murciélagos, e incluso reptiles como lagartijas y gecos en ciertas regiones.
La investigadora destaca que más del 90% de las abejas son solitarias, es decir, no forman colmenas ni producen miel, pero realizan una polinización crucial para muchas plantas silvestres y cultivos.
El declive de los polinizadores no es resultado de una única causa, sino de una combinación sinérgica de amenazas: la pérdida y fragmentación del hábitat, la agricultura intensiva, el uso de pesticidas, la introducción de especies exóticas y el cambio climático. Estos factores, según Traveset, están reduciendo tanto la diversidad como la abundancia de los polinizadores en todo el mundo.
Además, el uso masivo de polinizadores domesticados, como las abejas melíferas, puede tener efectos adversos, al propagar enfermedades y desplazar a especies locales.
Por si fuera poco, el cambio climático está alterando los calendarios naturales: flores que florecen cuando no hay polinizadores activos, o insectos que emergen antes de que haya alimento disponible, son solo algunas de las desincronizaciones preocupantes que ya se están observando.
¿Qué se puede hacer?
Pese al panorama desolador, Traveset insiste en que aún estamos a tiempo de revertir esta crisis, especialmente si se involucra al sector agrícola como parte de la solución. Entre las acciones recomendadas están:
- Fomentar la diversidad floral en los paisajes agrícolas, con árboles, matorrales y plantas silvestres.
- Evitar el uso excesivo de pesticidas y adoptar prácticas agroecológicas sostenibles.
- Crear “márgenes florales” en los cultivos para alimentar y refugiar a los polinizadores.
- Conservar hábitats naturales y restaurar zonas degradadas.
- Implementar monitoreos a largo plazo que permitan entender mejor los cambios en las poblaciones polinizadoras.
En España, se ha puesto en marcha la Estrategia Nacional para la Conservación de los Polinizadores, lanzada en 2020, que contempla acciones de conservación, investigación, gestión y divulgación. Sin embargo, Traveset recalca la necesidad de mayor compromiso y coordinación entre el ámbito político, científico, agrícola y ciudadano.
Una voz experta y comprometida
Anna Traveset, doctora en Biología y reconocida internacionalmente por su trabajo en ecología, combina en este libro su rigor científico con un fuerte compromiso por la conservación. Con más de 300 publicaciones científicas, ha recibido premios como el Jaume I de Protección del Medio Ambiente (2017) y el Premio Leandre Cervera (2024) por su trayectoria investigadora.
La crisis de los polinizadores es una llamada de atención urgente y una herramienta clave para entender una problemática que, aunque discreta, tiene implicaciones globales para la biodiversidad y la supervivencia humana.