Los vencejos son aves insectívoras del orden de los apodiformes que visitan nuestros pueblos y ciudades en primavera-verano.
Donde aprovechan para criar, poniendo una media de 2 huevos en pequeños huecos de fachadas y debajo de nuestros tejados, único momento del año que se posan en tierra firme, ya que de lo contrario su vida transcurre volando: comen, duermen, copulan al vuelo.
El diseño del Vencejo está hecho para volar a gran velocidad y para la captura de insectos, alas largas y estrechas, cuerpo fusiforme, boca grande para capturar a sus presas y unas cortas patitas para poder agarrarse a la pared al llegar al nido.
Esta pequeña ave, de plumaje grisáceo oscuro y de unos 40-45 gramos de peso en estado adulto, ingiere diariamente varios gramos de pequeños insectos (moscas, mosquitos, pequeñas mariposas, escarabajitos, etc.) lo que significa que las poblaciones de vencejos que nos visitan en primavera-verano nos libran de toneladas de “molestos” compañeros estivales.
Cuando acaba la temporada de cría, entre mediados y finales de julio, los Vencejos vuelven a su hogar de invierno, tierras del sur de África, donde seguirán en vuelo, durante casi un año entero, hasta su retorno a Europa y Asia para la cría del año siguiente.
Nombre científico: Apus apus.
Nombre común en catalán: Falzia.
Los nidos de golondrina, aviones comunes y vencejos están protegidos cuando están habitados, como cuando están vacíos. El nivel de protección se garantiza tanto por la legislación europea, la Directiva Europea de Aves (Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo) y por la legislación nacional por el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero) y por la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, en la que se protegen las crías, los huevos y mediante la cual se prohíbe expresamente “la destrucción o deterioro de sus nidos”, de manera que las multas pueden variar de 5.001 a 200.000 €.