"Casas de nieve" cuando las neveras no existíanLas denominadas “cases de neu” («casas de nieve») constituyen un importante patrimonio cultural y etnológico. En Mallorca, la recogida y comercio de nieve para elaborar hielo destinado a usos medicinales y gastronómicos data del siglo XVI.

"Casas de nieve" cuando las neveras no existían

Sin embargo, la producción de hielo aprovechando el clima se remonta a las civilizaciones griega y romana. En el puig de Masanella, término municipal de Escorca, se conservan once “casas de nieve”, que el Consell de Mallorca declaró en 2004 Bien de Interés Cultural. Siete de ellas se encuentran en fincas públicas y cuatro en fincas privadas, y casi siempre en altitudes superiores a mil metros. Una de las más representativas es la del Puig d’en Galileu, a 1.080 metros de altitud, construida en 1692 en la finca de Son Massip. También se han localizado ‘cases de neu’ en el Puig des Teix y en el Puig Major.

 

La denominación genérica ‘casa de neu’ incluye la casa de piedra en la que se refugiaban los ‘nevaters’, que en algunos casos se conservan, y el depósito donde se almacenaba la nieve, además de elementos complementarios característicos como bancales, neveros (pozos excavados en la tierra con muros de contención), paredes secas y fuentes. Las ‘casas de nieve’ estaban orientadas al norte. Para llegar hasta ellas existen caminos expresamente construidos que igualmente añaden valor patrimonial al conjunto.

"Casas de nieve" cuando las neveras no existían

El comercio de hielo tuvo gran importancia económica en Mallorca entre los siglos XVII y XIX, como demuestra el hecho de que se gravara con un impuesto específico. Las ‘cases de neu’ se alquilaban y el precio de la nieve estaba estrechamente controlado.

La nieve se recogía y compactaba en primavera;  la recogida podía durar varias semanas. En verano se cortaban los bloques de hielo, que a lomos de caballos o burros eran transportados durante la noche para evitar que se derritieran. Se trataba de un oficio duro, que en su mayor parte se realizaba en condiciones de frío intenso.

La aparición de los frigoríficos, a principios del siglo XX, supuso el fin de esta actividad. En medicina el hielo se ha utilizado tradicionalmente para bajar la fiebre, detener hemorragias, en la terapia contra el cólera, como calmante en casos de congestión cerebral y como antiinflamatorio en esguinces o fracturas.

 

Fotos: Pep Muñoz “Vasco”, Antoni Reynés, Martí Mayol.

"Casas de nieve" cuando las neveras no existían