Jaume I el Conqueridor nació en Montpellier (Francia) en 1208, hijo de Pedro II el Católico, rey de Aragón y Conde de Barcelona, y de María de Montpellier. Fue Rey de Aragón (1213-1276), de Valencia (1239-76) y de Mallorca (1229-1276), Conde de Barcelona (1213-1276), y señor de Montpellier (1219-1276).

Nacimiento

Según cuenta la leyenda, Pedro II el Católico no se mostraba especialmente entusiasmado con su esposa María de Montpellier, renunciando a tener relaciones íntimas con ella. Así lo cuenta la historia que narra el engaño al que fue sometido el rey para paliar este asunto: mientras el rey estaba durmiendo en su aposento, esperando a su habitual amante, un cortejo de religiosos, nobles y notarios acompañaron a María a la habitación de Pedro, y mientras ella se deslizaba de manera furtiva en la cama del monarca, haciéndole creer que era su amante, el resto de la comitiva se quedó toda la noche rezando en la puerta. Cuando los primeros rayos de luz del alba comenzaron a entrar en la estancia, el rey se percató del cambio de acompañante, y saltó enojado del lecho dando unos gritos desmesurados. En ese instante, todos los que esperaban fuera entraron, y le hicieron ver al rey que Dios había querido que las cosas fueran de esa forma, lo cual parece que convenció al católico Pedro. Al amanecer, después de haber mantenido relaciones carnales con su propia esposa sin saberlo, y al descubrir el engaño, abandonó el palacio para no volver jamás.

El nombre de Jaume I lo eligió su madre, que encendiendo doce velas con los nombres de los apóstoles, escogió aquella que se apagara la última que resultó ser la de Santiago, que también quiere decir Jaume.

El propio Jaime relata en el Libro de los hechos (El libre dels feyts) las circunstancias de su engendramiento: «Ahora voy a contar la manera en que fui engendrado y de qué modo fue mi nacimiento. En primer lugar de qué manera fui engendrado. Mi padre el Rey Pedro no quería ver a la Reina mi madre. Sucedió una vez que mi padre estuvo en Lates. Y la Reina, mi madre se encontraba en Miravall y se acercó al Rey un Ricohombre que tenía por nombre S. de Alcalá y le rogó tanto que lo hizo ir al pueblo de Miravall donde se encontraba la Reina, mi madre. Y aquella noche en que ambos estuvieron en Miravall quiso Nuestro Señor que yo fuese engendrado. Y cuando la Reina, mi madre, se sintió embarazada, llegamos a Montpellier y aquí quiso Dios Nuestro señor que tuviera lugar mi nacimiento en casa de los de Tornamira, la víspera de Nuestra Señora Santa María La Candelaria. Y mi madre tan pronto como me dio a luz me envió a Santa María y me llevaron en brazos y cantaban Maitines en la Iglesia de Nuestra Señora. Y mientras me introducían en el portal cantaron Te Deun laudamus. Y no sabían los clérigos que yo debiese entrar aquí. Pero entramos mientras cantaban ese canto. Después salimos de aquí y me llevaron a San Fernu y cuando los que me llevaban entraron por la capilla de San Fernu cantaban Benedictus dominus deus Ysrael. Y cuando me devolvieron a la casa de mi señora madre se puso muy contenta por estos pronósticos que nos habían sucedido».