Ca Mè MallorquíOrigen
Es una de las razas de nuestras islas más querida por los cazadores y que después de haber pasado por una larga temporada de pérdida de identidad genética por los cruces continuados con razas foráneas, ha empezado su recuperación con unos criterios claros tanto en lo que se refiere a la morfología como a la forma de cazar característica del Ca Mè.

Ca Mè Mallorquí

Parece que el Ca Mè procede de una agrupación racial procedente del Reino de Navarra que se extendió por el resto de la Península Ibérica y de nuestras Islas, recibiendo en cada lugar diferentes influencias para acomodar sus aptitudes a las necesidades de la caza en cada región.

Funcionalidad
Actualmente el cazador utiliza casi exclusivamente las armas de fuego, pero no siempre ha sido así, y el Ca Mè, ya ayudaba a los cazadores mallorquines, cuando estos iban a cazar con redes, ballestas o con halcones.

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Los trabajos principales que realiza el Ca Mè como perro de muestra y ayudante del cazador son el localizar las piezas de caza, mostrarlas al cazador, levantarlas para ponerlas a tiro, y una vez abatidas portarlas al cazador. La manera de cazar del Ca Mè es más bien lenta, con el trote como aire de trabajo principal. Bate mucho de terreno, pero no por extensión sino por ir haciendo lazos y inspeccionarlo todo. No se aleja del cazador, busca cerca de él, y además siempre está pendiente de las instrucciones que pueda darle. Si no recibe ordenes, el perro se gira para pedirlas. Quiere ser guiado, quiere estar sincronizado con el cazador.

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También destaca en el Ca Mè, su precocidad en aficionarse a la caza, cosa que si está bien orientada, hace que de joven ya pueda hacer un buen servicio.

Todo esto hace que el Ca Mè sea un buen perro de muestra, para un tipo determinado de cazador: el que quiera hacer una caza lenta, o su caminar no sea ágil. Esta lentitud, su constancia sobre el terreno, orden en las batidas, y la nariz a media altura, hacen que sea perfecto y tenga un rendimiento aceptable en terrenos de vegetación espesa, difíciles, y de poca caza.

Entendiendo la caza como una actividad tradicional, relacionada con las características particulares de la fauna, la vegetación, el clima, la orografía, la propiedad de la tierra, y mil aspectos más, consideramos que tiene una parte diferenciada y enriquecedora, como es la de perpetuar técnicas, costumbres, gastronomía…

Por todo esto, utilizar un perro de raza mallorquina, por encima de las ventajas técnicas que pueda tener, tiene de bueno que acaba de confitar la actividad de la caza como actividad tradicional y su rastro cultural diferenciado.

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