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Mercado y arte; dos palabras a priori antagónicas que juntas en una misma frase parecen ofender a aquellos que piensan que los artistas son seres de otro planeta alimentados a base de amor y aire, y que eso de hablar de dinero en relación a estos temas es algo de mal gusto y una enfermedad propia de nuestros días (a ellos les recomiendo fervientemente un repaso a la historia social del arte).

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Ahora, si a las dos palabras anteriores le añadimos “en Mallorca”, pasamos de ese sentimiento de contrariedad a uno de desconcierto: “¿es que realmente existe un mercado de arte en Mallorca?

Pues bien, sí existe, pero es un mercado especial y con características un tanto diferentes a las de otros lugares.

Dejando de lado al pintor mallorquín por excelencia, Miquel Barceló, cuya cotización traspasó hace mucho las barreras locales y nacionales, hallamos un panorama bastante conservador, de precios muy moderados, y poco dado a asumir riesgos.

Dentro de la marea de galerías que hay en Mallorca (un número muy elevado si lo comparamos con otros lugares de población similar), encontramos desde galerías nutridas con las obras de los artistas de siempre, basadas en el gusto tradicionalista mallorquín del paisaje y las escenas costumbristas, con precios entorno los 2.000 y 50.000 euros, y otras con una vocación plenamente contemporánea, con propuestas algo más atrevidas, aunque hay que decirlo, menos arriesgadas de lo que se podría ver en el panorama artístico de la capital, y con precios en general más bajos en torno a los 1.000 y 20.000 euros.

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Mallorca tiene un gran potencial en el terreno del mercado del arte que aún debe aprender a explotar.

Con la gestión adecuada, la creación de ferias de arte internacionales con denominación de origen que las diferenciara de la “macdonalización” que está sufriendo este sector, atrayendo así a importantes coleccionistas que vieran en Mallorca una oferta diferente a lo ya existente,  y con una mayor amplitud de miras que considerara  el arte no como un gasto sino como una inversión, tendríamos un medio muy poderoso para impulsar la economía de nuestra isla y por lo tanto salir todos ganando, incluidos, como no, nuestros artistas, que podrían vivir de algo más que de amor y aire.

Ana Ferrero Horrach.
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