Festivals-de-musica-1Mallorca se abre en verano a un abanico de festivales musicales que aprovechan el marco incomparable del paisaje. La ruta comienza en la Serra de Tramuntana.

En la bella Cartuja de Valldemossa tiene lugar desde 1930 el festival más veterano de la Isla, dedicado a Frederic Chopin. Su objetivo: programar obras del célebre músico, a cargo de pianistas de prestigio y jóvenes talentos. Concierto en el Torrente de Pareis, Sa Calobra, uno de los lugares más emblemáticos de la isla y con la mejor acústica de Mallorca. Este concierto nació por iniciativa del pintor Josep Coll Bardolet con la intención de difundir la música coral. En la misma localidad, el joven centro cultural Costa Nord ofrece el ciclo de conciertos Noches Mediterráneas, que recrea el espíritu del archiduque Luis Salvador de Austria, mecenas y precursor del turismo en el siglo XIX.

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Cerca de allí tiene lugar desde 1978 el Festival de Música de Deià; el sitio elegido, la posesión de Son Marroig, casa-museo del Archiduque. Algunos conciertos se programan en Palma, en el auditorio del Palau March. Vecino de Valldemossa y Deià es el montañoso pueblo de Banyalbufar, en cuya iglesia parroquial la Asociación Cultural celebra desde 1991 un ciclo de conciertos.

Otro enclave emblemático de Mallorca, el Castillo de Bellver (Palma), construido por Jaime II en el siglo XIV, acoge el festival internacional Serenates d’Estiu Illes Balears, organizado por Juventudes Musicales y el Ayuntamiento. Desde 1971, prestigiosas formaciones ofrecen sus conciertos en el cielo abierto del patio de armas. El mismo escenario donde la Orquesta Ciudad de Palma ofrece desde 1996 el Festival de Música Castell de Bellver.

En el Pla de Mallorca -comarca que agrupa a 15 municipios agrícolas- tiene lugar de julio a septiembre el Festival Internacional Mancomunitat Pla de Mallorca; desde 1988, promueve conciertos gratuitos en iglesias, templos y parroquias. Lejos de allí, el pequeño puerto pesquero de Cala Rajada ofrece en julio el festival Serenates d’Estiu de Cala Rajada-Capdepera, organizado por Juventudes Musicales. Se celebra en los jardines de la finca de Sa Torre Cega, propiedad de la Fundación March.

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Al noroeste, el Festival de Pollença es un clásico; su sede es el claustro de Santo Domingo, recinto del siglo XVII con excelentes condiciones acústicas.

No sólo lo clásico tiene cabida en el verano mallorquín. Sa Pobla organiza desde 1995 el Festival Internacional de Jazz, concebido por un grupo de jóvenes dispuestos a introducir innovaciones en el largo verano “pobler”. Desde entonces, músicos como Pedro Iturralde, Max Sunyer o Dave Holland le han dado lustre.

Sóller y Palma reúnen lo mejor del folklore. Sa Mostra Festival Folklórico, fundado por Aires Sollerichs, aglutina durante 8 días de julio a grupos de todo el mundo. Las actuaciones son gratuitas y se programan en todos los municipios mallorquines, con Sóller como núcleo principal. El festival Cançons de la Mediterrània, organizado por el Ayuntamiento de Palma, presenta desde 1984 diferentes sonidos y ritmos con un estrato cultural común. Lo hace en el Parc de la Mar, bajo el marco incomparable de la Catedral.