Cabrit i BassaA una altura de 822 metros, el Puig d’Alaró fue desde tiempos remotos un lugar idóneo para el refugio y la observación. Fue habitado ya en época talayótica y en el año 902 sus habitantes resistieron la invasión de las tropas musulmanas. También fue foco de resistencia, en este caso árabe, ante la conquista de 1229 por parte de la Corona de Aragón.

Cabrit i Bassa

 

No obstante, el castillo de Hisn Alarun, que así fue nombrado por los musulmanes, es conocido por un triste episodio histórico: el asedio al que fue sometido por el rey Alfons d’Aragó, quien había declarado la guerra al rey mallorquín Jaume II. Famoso por ser donde los nobles mallorquines Cabrit y Bassa, resistieron el asedio del Rey Alfonso III de Aragón, pues ellos eran leales a su rey Jaime. El Rey Alfonso prometió que cuando los venciera los mataría asados vivos y lo cumplió.

Según la tradición, dos de sus más valientes defensores, Guillem Cabrit y Guillem Bassa, fueron sacrificados en el siglo XIII, asados en una parrilla, una vez tomado el castillo.

La razón de tan cruel represalia fue el escarnio que ambos hombres habían hecho del nombre del monarca, Cabrit, haciendo un juego de palabras, dijo desafiante que en Mallorca se comían el «amfós» (mero) asado. Pero la broma no gustó a sus enemigos, que cuando conquistaron el castillo le devolvieron la moneda y asaron a Cabrit como a un «cabrito». Cabrit i BassaEn una parrilla, en medio del pueblo y junto con su compañero Bassa. Desde entonces, estos personajes se han convertido en objeto de la devoción popular.

Los mallorquines ven en ellos el símbolo de todos cuantos lucharon para defender la independencia del reino mallorquín, se hicieron estatuas y pinturas que estuvieron en muchas iglesias de los pueblos. En el oratorio de Nuestra Señora del Refugio, dentro del recinto del castillo, se ven unas pinturas representando a los mártires de Alaró. En el pueblo, también es interesante la iglesia parroquial de los siglos XVII-XVIII.

 

Cabrit i Bassa

Las murallas del castillo de Alaró, que se adaptan hasta fundirse con la roca, fueron levantadas en el siglo XIV. En el siglo XVII se construyó un oratorio en el interior del recinto amurallado, bajo la advocación de Nostra Senyora del Refugi. En el siglo XVIII ya contaba con hospedería. Para acceder a la montaña hay que llegar hasta la población de Alaró y, en dirección al pueblo de Orient, coger la carretera que conduce hasta la posesión de Es Verger, donde hay un restaurante y una zona habilitada como parking de vehículos. En este punto se puede optar por iniciar la excursión a pie o seguir con el vehículo un poco más hacia arriba hasta la pequeña explanada de Es Pouet. El último tramo del trayecto debe realizarse obligatoriamente a pie siguiendo durante unos veinte minutos el antiguo camino, en gran parte empedrado, única forma de llegar hasta las puertas del inexpugnable castillo.

La hospedería del castillo, con capacidad para unas sesenta personas, dispone de servicio de bar y restaurante y funciona durante todo el año.